martes, 14 de junio de 2016


TODO LLEGA Y TODO PASA, PERO LO NUESTRO ES PASAR, PASANDO HACIENDO CAMINO, CAMINOS SOBRE LA MAR, como decía el poeta. Quiero cerrar este curso académico con una imagen que me llena de inmensa felicidad al verla, porque aún parece que estoy soñando cuando pienso en los días que quedan para volver a pisar tierras ecuatorianas y abrazar de nuevo a nuestros hermanos de Ecuador. Hace casi 7 años me acogieron con una hospitalidad que llenó mi corazón y dibujó la felicidad en mi rostro. No fueron las mejores circunstancias personales, y dije que, si el Señor así lo quería volvería con más calma y sosiego. Esa experiencia, sin duda me fortaleció en los meses de enfermedad y fallecimiento de mi padre, que ocurrió nada más volver (cuatro meses después). Y ahora el Señor me prepara la agenda para los próximos meses y me envía para acompañar a mis hermanos ecuatorianos, en una experiencia de dolor y sufrimiento por la que están pasando a raíz del fuerte terremoto que hace ya dos meses sacudió las entrañas de la tierra y destrozó muchas familias, porque lo material antes o después, con la ayuda de todos se recupera. Las familias rotas por la pérdida de sus seres queridos sólo pueden salir del dolor, o al menos aprender a vivir con él ,poniendo la confianza en Dios Padre, que tiene entrañas de Misericordia y es el primero que sufre cuando sufre alguno de sus hijos. De nuevo vuelvo, el Señor me envía y yo agradecida por tanto don recibido en este año, no puedo decir que no, tanta Misericordia como Él ha derramado en mí no puedo guardármela. Así quiero ir, con sencillez, humildad y agradecimiento para ser una más entre vosotros y acompañaros en estos momentos difíciles. Compartir la Fe y confianza en un Dios que nos quiere, nos acompaña y fortalece en el sendero de nuestra vida, sin duda nos ayudará a ir poniendo Luz en estos momentos también de oscuridad. Gracias por vuestra acogida de entonces y seguro que ahora también. Ya mismo volveré a abrazar a esta preciosidad de niño que ahora cuenta ya con siete añitos.


GRACIAS SEÑOR, 
A SEGUIR CAMINADO, 
A SEGUIR SEMBRANDO ESPERANZA 
Y DIBUJANDO SONRISAS DONDE TÚ ME LLEVES, SIEMPRE COGIDA DE TU MANO